Tus pensamientos perturbadores provocan cambios en todo tu ser… y tu destino.
Desde distintas disciplinas, se enseña hace siglos que nuestra vida será más o menos favorable según los pensamientos que predominan en nuestra mente. Se atrae lo que se piensa (“ley de atracción”).
Pensamientos (y, por lo tanto, imágenes) de derrota, fracaso, inseguridad, falta de confianza en sí, carencias, miedos y otros perturbadores como estos, provocan la atracción de negatividad. Se produce falta de energía y afecta al cuerpo, provocando enfermedades o haciendo más difícil la recuperación si éstas ya existen.
Es una sugestión o autohipnosis negativa. Y hasta hace unas décadas se pensaba que al hablar de sugestión nos referíamos a algo exclusivamente mental. Hace un tiempo que se sabe que pensamientos perturbadores van provocando efectos reales en el organismo, produciendo desequilibrios hormonales, bajas defensas y, por esto, aumentando la posibilidad de enfermedades.
Hoy, con el avance tecnológico que ha permitido el desarrollo de la neurociencia, es fácil demostrar que efectivamente es así. El cerebro cambia de actividad, modifica sus circuitos neuronales y hace que el organismo reaccione ante lo que supone un peligro para la supervivencia. Provoca modificaciones emocionales y cambios bioquímicos.
Es decir, todo nuestro ser se prepara, en este caso, para el fracaso y la huida. Y en estas condiciones, es bien difícil tener una vida próspera y feliz.
Si comprendes estas ideas claves y tienes voluntad de ser mejor, hay métodos y técnicas que facilitan tu cambio hacia actividades mentales más favorables para tu salud y para tu futuro.
Has una lista de frases estimulantes y positivas para ti. Imagínate sintiéndolas y actuando conforme a ellas.
El empleo de técnicas de programación neurolingüística te ayuda a avanzar más rápido.
Bueno, y lo más efectivo y rápido es usar la autohipnosis al dejar en tu subconsciente ideas e imágenes constructivas y estimulantes. Es una técnica que tú puedes aprender y que no requiere de ninguna experiencia ni formación previa.
Sergio Valdivia Correa